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Siglos I-IV



¿Qué pasó con esta ordenanza una vez cumplido el sacrificio de Jesús como Korbán Pésaj y llegado el momento de su nueva celebración en la Iglesia? Necesariamente hay que dar una mirada al Nuevo Testamento y a los escritos que nos han llegado de la iglesia en el primer y segundo siglo, cualquier otro análisis “lógico” quebranta las leyes más elementales de la exégesis. La mayoría de los autores que estudian este tema se remiten únicamente al texto de 1 Corintios 11:17-34, algunos lo presentan como Pésaj y otros como la cena semanal de comunión ¿Cuál de los dos está en lo correcto? Por otra parte, éste es un texto muy importante pero se debe entender que no es el único que hace referencia a algún tipo de cena en la Iglesia.
La exégesis o interpretación de cualquier texto plantea la necesidad de comenzar por comprender la mente del autor y el contexto en que se escribió. Cualquiera que viole este principio está quebrantando la más elemental de las reglas exegéticas. Así que allí será este inicio, en lo que tenemos del pensamiento de Pablo al respecto:
  1.    Al escribir Gálatas 5:8-10, dice:
Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? Esta persuasión no procede de aquel que os llama. Un poco de levadura leuda toda la masa. Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; más el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.
            Pablo ve la falsa doctrina y quien la promulga como representante del Jametz dentro de la iglesia, por tanto el mismo trato que se tenía con el Jametz en cuanto a su prohibición en la cena, debía tenerse con estos falsos creyentes.
  2.   En otro contexto, el de 1 Corintios 5, el apóstol comienza describiendo una falta grave dentro de la Iglesia y acusa a la congregación de ser envanecida por no tomar una decisión clara para con este hecho:
De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? (Vv. 1-2). 
           Entre los versos 3 y 5 se describe, explícitamente, lo que ya ha hecho él con esta situación y lo que debe hacer la iglesia:
Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
           Sería bueno preguntarnos, si esta actitud asumida por Pablo es espiritual o simplemente cultural. Pues si es en el Espíritu, debe ser reproducida por la Iglesia donde quiera que se encuentre. Ahora, en los versos 7 al 8 argumenta teológicamente su actitud, pues lo espiritual debe estar acotejado a lo espiritual, y usa como referencia el Jametz. Él dice que la fiesta debe celebrarseno con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad (Jametz), sino con panes sin levadura (Matzá), de sinceridad y de verdad”. Él como rabino del judaísmo quizás tenía en su mente textos del Antiguo Testamento como Sofonías 1:12:Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal, donde Dios sentenciaba a la gente creyente que veía la Pascua como algo trivial, algo sin importancia o sin repercusiones espirituales.
Entre los versos 9 y 13 Pablo dice:
Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.
             Pablo amplía y detalla el espectro de las faltas, por las cuales ante Dios no es correcto, ni siquiera, el juntarse con quienes practican tales faltas para tener una comunión tan específica y especial como la Cena de Señor. Entonces este aplicación paulina de la Ley tiene su referencia en el Bedikat Jametz o búsqueda de lo fermentado.
  3.   En el mismo libro, Pablo retoma el simbolismo de la comunión en la cena y explica por qué no deben juntarse a tomarla con quien practica el pecado. En el capítulo 10, a partir del v. 15, comienza diciendo: “evalúen lo que les digo”, haciendo una alusión directa a la Cena. En el v. 17 dice: Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan, esto nos presenta a toda la Iglesia como el gran Matzá y en el v. 20 nos dice que al comer la cena con el pecador dentro se transforma toda la congregación en Jametz Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.El v. 21 nos da la sugerencia final de tal asunto en el Seder del nuevo Pésaj,No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios”. Pablo continúa diciendo que tal falta traerá juicio de Dios sobre la congregación pues todos son ahora Jametz: “... ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
           Pablo deja ver que él para nada toma el asunto a la ligera. Que no podemos tomar decisiones sólo por conveniencias sociales o por compaginar con el resto del credo religioso de otras congregaciones, sino que debemos actuar de acuerdo con las exigencias del Señor y renovarnos en este sentido. Cualquier problema con los seres humanos que piensen diferente será pequeño en comparación con el problema que se tendría con Dios. Esta afirmación no tiene una raíz legalista en ningún momento, como algunos quisieran verlo para así desvalorizar este estudio, sino que es el temor ante la responsabilidad de cuidar el cuerpo de Cristo, al igual que Pablo al ser movido a escribir del tema con la seriedad y la firmeza con que lo hizo, más que cualquier temor supersticioso o legalista que pudiera tener. El Señor nos llama a mirar cómo sobre edificamos”. Pablo nos muestra la importancia de cuidar al cuerpo de Cristo, su Iglesia, de no contaminarla espiritualmente con Jametz, o sea personas que practican el pecado, pues esto puede traer situaciones irreparables para la propia Iglesia.
          Por otra parte, el contexto de la Iglesia a la que Pablo enseña directamente sobre la cena en 1 Corintios 11:17-34 es interesante. Esta congregación enfrenta asuntos pecaminosos y desvíos doctrinales entre sus miembros, provocando la división de la misma en varios grupos pandilleriles, este como dijimos anteriormente es el contexto de la carta. 
          Entonces, ¿quiénes participaban en la Pascua?
Muchos hoy en día hacen la pregunta y la afirmación siguiente: “¿No hay que ser bautizados en agua para tomar la cena?, pues el texto no lo dice”. Claro que el texto, en su límite citado anteriormente, no tiene que decir lo que es más que claro en el resto de la carta de forma explícita y en el contexto histórico de la Iglesia en aquel tiempo. A esto se le llama “Axioma Lógico”. El problema interpretativo en este punto no sería demostrar si ya eran bautizados a los que Pablo se refiere, sino sería demostrar si ellos “no” eran bautizados. El texto no tiene que decir si ellos ya eran bautizados pues los axiomas apoyarían esto, en todo caso el texto tendría que citar de forma explícita que él se refiere también a los no bautizados de aquella reunión. A continuación veremos estos axiomas que forman parte del contexto de la carta: Uno es el contexto Histórico y otro es el contexto gramatical.
En primer lugar existe un contexto histórico del cristianismo en el primer siglo donde el evangelismo era ejecutado como un paquete y el bautismo y discipulado iban juntosbautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado(Mateo 28:19); su texto paralelo Marcos 16:16 (aunque sabemos que tiene dificultades con la crítica textual, no deja por su antigüedad relativa al siglo II de ser parte de la realidad histórica de aquel entonces)El que creyere y fuere bautizado, será salvo”; encontramos también Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo... Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. (Hechos 2:38-41); En el mismo libro vemos: Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los  suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios. (16:33-34), en este último nótese que en la primer parte dice que sebautizaron y en la segunda dice quecreyeronviéndose claramente el paralelismo de los dos conceptos en este primer siglo.
La Epístola de Bernabé, un texto no canónico pero de un valor extraordinario para entender la vida de la iglesia en sus inicios, dice:
Percibís cómo señala el agua y la cruz al mismo tiempo. Porque este es el significado: Bienaventurados son los que ponen su esperanza en la cruz, y descienden al agua; porque Él habla de la recompensa de su sazón debida; entonces, dice, yo pagaré (Lo mejor de los padres apostólicos, Alfonso Ropero, pág. 269, CLIE).
En la Carta de Pablo a los romanos podemos hallar el concepto teológico de dicho paquete:
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (6:3-4).
Alguien pudiera pensar que esta práctica se limita a una metodología hacia los judíos y no a los gentiles, pero las fuentes no bíblicas que presentamos a continuación tienen una autoría completamente gentil:
Justino Mártir (100-164 d.C.) en su Apología Primera, dice:
Pero nosotros, después de haber bautizado al que confesó su fe y aceptó nuestra doctrina, lo llevamos donde están reunidos los que se llaman hermanos, con el fin de hace oraciones comunes por nosotros mismos. (Lo mejor de Justino Mártir, Alfonso Ropero, pág. 145, Vr. 64, CLIE)
Ireneo de Lyon (130-202 d.C.) discípulo de Policarpo quien fuera a su vez de Juan el apóstol dice:
“… los apóstoles, con el poder del Espíritu Santo, enviados por Él por toda la tierra, convocaron a los gentiles, enseñando a los hombres el camino de la vida para apartarlos de los ídolos, de la fornicación y la avaricia, purificando sus almas y sus cuerpos con el bautizo en agua y de Espíritu Santo, distribuyendo y suministrando a los creyentes este Espíritu Santo que habían recibido del Señor. Así instituyeron y fundaron esta iglesia (Esmirna)” (Lo mejor de Ireneo de Lyon pág. 683, Vr. 33-35).
Clemente de Alejandría (150-217 a.C.) dice:
nuestra conducta no es la misma después de nuestro baño bautismal… la fe es ilustrada por el Espíritu Santo en el momento de este santo bautismo (Lo mejor de Clemente de Alejandría pág. 67. Vr 30.1-2). 
En aquel tiempo no se realizaban servicios abiertos como los nuestros hoy día sino que se reunían en casas producto de la persecución de entonces. Los reportes históricos que tenemos de aquel tiempo nos indican que cuando una persona asistía a una reunión ya había sido bautizada en agua con anterioridad precisamente para preservar la integridad del grupo local. Nunca serían llamados miembros de la Iglesia si no hubieran sido bautizados. Tan importante era el bautizo para esta primera iglesia que el “Didaché” o “Enseñanza de los apóstoles” (uno de los primeros documentos cristianos y de presumible autoría apostólica) busca distintas soluciones para eliminar cualquier obstáculo a esta ordenanza y plantea el bautizo por aspersión para evadir cualquier limitante por más extrema que fuera (de esta alternativa vino la modificación católica de este sacramento):
Pero si no tienes ni una ni otra, entonces derrama agua sobre su cabeza tres veces en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. (Lo mejor de los padres apostólicos, Alfonso Ropero, pág. 101, CLIE). Esta fue la respuesta para aquellos que alegaban una preocupación con quienes no puedan ir al agua bautismal.
Como puntos finales acerca de este contexto de la iglesia primitiva el Didaché, hablando del bautismo en agua y de la Cena, dice de forma categórica:
Pero que ninguno coma o beba de esta acción de gracia, a menos que haya sido bautizado en el nombre del Señor, porque respecto a esto también ha dicho el Señor: No deis lo santo a los perros (Lo mejor de los padres apostólicos, Alfonso Ropero, pág. 103, CLIE).
Justino mártir en su apología también dice al respecto:
Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía, de la que a nadie le es lícito participar, sino al que cree ser verdad las cosas por nosotros enseñadas y se haya lavado con el lavatorio para perdón de pecados y la regeneración y viva del modo que Cristo nos enseña. Pues no tomamos estas cosas como un pan ordinario o una bebida ordinaria…”. (Lo mejor de Justino Mártir, Alfonso Ropero, pág. 146, Vr.66, CLIE)
Es bueno puntualizar, que cualquier análisis histórico desde hoy sobre aquel tiempo y la práctica que tenía la iglesia, no puede fundamentarse en especulaciones deductivas, sino en hechos concretos que evidencien lo señalado en este último párrafo.
En segundo lugar tenemos al otro axioma implicando que la conclusión hecha por algunos sobre el no planteamiento del texto sobre el bautizo, denota las consecuencias de sacar un texto de su contexto gramatical, pues Pablo en el verso dos comienza la carta diciendo que la envía a la Iglesia, debemos entender el concepto iglesia para ellos como aquellos que habían creído a través del bautismo en agua y del Espíritu como vimos en los párrafos anteriores. Pero a los que tuvieran alguna duda al respecto, en el contexto gramatical, Pablo habla sobre el bautismo en agua de esta Iglesia en una ocasión explícitamente en su carta:
“¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados (en agua) en el nombre de Pablo? (1 Corintios 1:13).
 βαπτίσθητε este verbo para bautizados es un aoristo que denota una acción puntual, o sea que a los que él le escribe entran en este concepto de ya bautizados; seguido encontramos:
Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro (1 Corintios 1:14-16).
La palabra “ninguno indica que en la acción llevada a cabo por ellos que fue βαπτίσθητε, Gr: bautizoPablo no tuvo que ver aunque fueron bautizados por otros misioneros. Más adelante, y teniendo los corintios esta idea del tema que Pablo ha tratado sobre el bautizo en la introducción de su carta, él habla sobre la acción del Espíritu Santo y usa como referencia la experiencia que ellos ya han tenido del bautizo en agua:
Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, (en una misma sustancia también todos fuimos bautizados, el agua) sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. (12:13).
Por otra parte, en un contexto inicial en Hechos 18:8 también nos da la reseña de la forma bautismal en que ellos comenzaron su fe: “y muchos de los corintios (no iglesia, sino pueblo), oyendo, creían y eran bautizados (en agua)”, formando parte ahora este nuevo grupo de la iglesia. Por otra parte, en el mismo capítulo 11 de Corintios, verso 18, dice: cuando os reunís como iglesia”, este en forma de “Clausula Dependiente de Infinitivo Sustantivado” señala el tipo de reunión íntima de la Iglesia local, no una reunión a puertas abiertas; puessunerco me,nwn u`mw/nen genitivo absoluto yevn evkklhsi,aen su forma literal tendrían que ser forzados en su sentido para lograr una traducción que facilite pensar en una reunión al estilo moderno de servicio dominical donde se pueden encontrar cristianos bautizados y no bautizados (se le sugiere leer: Al texto griego del Nuevo Testamento, A.T. Robertson, pág. 447, Editorial CLIE; y Gramática Griega, Sintaxis del Nuevo Testamento, Daniel Wallace, pág. 521, Editorial Vida).
Cuando entendemos esto, la pregunta del verso 22: ¿O menospreciáis la iglesia de Dios…?” adquiere más sentido porque la ofensa no es contra una multitud reunida sino contra el cuerpo específico de Cristo, la iglesia.
Ninguna exégesis sensata tiene que demostrar más allá de lo antes señalado si realmente eran bautizados en agua o no a quienes Pablo se dirige en esta carta, sólo aquellos que consideren lo contrario son los que deben hacer una defensa exegética del tema demostrándolo con texto e historia.
Después de ver la mente del autor y algo del contexto gramatical de la carta, se puede comenzar con una revisión exegética de la misma:

1 Corintios 11:17-22.
Pablo muestra de forma clara su preocupación: Que esta iglesia esté practicando algo que en realidad, lejos de traer bendición, traiga juicio de Dios sobre ella. Él dice:
porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peorCuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor”.
Ellos en realidad tenían un simulacro de la cena, tal vez un buen Seder o programa, pero no la cena donde Dios derramaba bendición. Tampoco Pablo desaprueba en ningún modo que haya alguien que se ponga bravo con la correcta manera de celebrar la cena, por haber sido excluido de ella, él dice:
Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”.
Con la palabrapreciso”, deja claro que la iglesia debe amar momentos como estos, en que el trigo y la cizaña se hagan manifiestos. Sabemos que esta es la causa principal de tanta apostasía en la historia de la Iglesia, cuando muchos andando encubiertos y viviendo una vida muy similar a la cristiana no llegan a alcanzar los valores de santidad a los que Dios llama a Su Iglesia. El fruto de sus vidas es como el ajenjo o la hiel, para el resto de la humanidad. La historia del cristianismo ha demostrado que cuando esta cizaña queda al descubierto los pasos de la Iglesia son mucho más efectivos.
Este texto también ayuda en el correcto Seder u orden que la Iglesia debe seguir, arrojando luz sobre el tema del vino. Ha surgido una tendencia muy popular en la actualidad proveniente de la doctrina pro-abstinencia de los siglos XIX y XX en los E.U.A., donde se defiende la idea que al hablar de vino se hace referencia al jugo de uva. Esta antigua conclusión halla hoy más seguidores entre aquellos que haciendo un uso de 1 Corintios 8 pretenden defender o ayudar al hermano que es débil por un historial de alcoholismo. Es bueno entender, que este pasaje de Corintios está hablando de un asunto de conflicto espiritual donde hay comida sacrificada a ídolos que pudiera afectar la actitud al débil de conciencia. Esto para nada es lo mismo que para una persona que ha tenido problemas de alcoholismo donde su principal pecado no es el vino en si sino un asunto de dominio propio. Si el Espíritu Santo está en una persona, y este ha aprendido el dominio propio, pues el fruto del Espíritu está en él, de seguro el alcohol de la cena no le perjudicará (yo Liber Aguiar tengo una úlcera en el duodeno por el alcohol que hasta hoy día me retuerce y sé de lo que estoy hablando, la obra de Dios en mí me ha dado la victoria sobre el alcohol, no porque lo evito sino porque no me domina, el Espíritu ha triunfado sobre la carne, muchos cristianos entre el siglo I al XIX, en que no había tal debate, pienso que dirían lo mismo).

Como es sabido que muchos pudieran “tomar el rábano por las hojas” para rechazar este estudio y no argumentos exegéticos e históricos, una vez más se deja claro que no se está diciendo que tomar jugo es pecado, las palabras de Pablo son bien claras para nosotros: “Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; más para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.” (Romanos 14:14-15). Pero que creamos que hay libertad para abstenerse de lo que un hermano crea que debe abstenerse, no nos da la libertad de mal interpretar la historia o la Biblia. Si se toma jugo de uva por ser débil todavía en el espíritu o en el dominio propio para con el alcohol, eso no debe humillar a nadie porque el Dios que lo salvo se lo permite. Pero, si para justificar nuestra debilidad tergiversamos la Biblia o la historia, eso si pudiera hablar de nuestra falta de amor al autor de la Biblia y los hermanos que han hecho historia.
En el verso 21 Pablo dice:Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga”, deja claro que algunos se estaban embriagando con este vino. Pablo hace un llamado al control, pues este es un fruto del espíritu (Dominio Propio). Creo que sería muy difícil convencer a un judío que su vino de Pésaj, el Iain Kasher, ha de ser sólo jugo de uva. 
Pensando en el debate del vino como un simple jugo o un jugo de uvas fermentado con un desencadenamiento de alcohol, alguien me comentó que para un judío esto no es necesario con que sea rojo basta. No sé en que tipo de judaísmo aprendió, pero si lee la Gemará (0-200 d.C.) esta refiere que no se debe tomar junto a un gentil porque el vino "alegra y acerca los corazones" y se corre el riesgo que la persona vaya a contraer matrimonio o a tener relaciones sexuales con el o la gentil (Abodá Zará 36b; ver Shaj, simán 123, saif katán 1). Nótese que dice: "alegra y acerca", refiriéndose al peligro de la disolución de la mente por el alcohol en el vino.
Clemente de Alejandría (finales del siglo II) en su libro “La conducta del seguidor de Cristo” escribió del “uso moderado” del vino en cualquier cena de la iglesia, lo siguiente:
El vino tomado sin medida, hace que la lengua se trabe, que se entorpezcan los labios y que los ojos se alteren, como si la vista por el exceso de humedad se bañase en una superficie líquida, y forzándoles a mentir creen que todo gira en torno a ellos, y son incapaces de enumerar uno por uno los objetos que tienen delante…”
Algunos alegan que no podía tener alcohol porque sería “jugo fermentado”, pero estas personas no han entendido que la prohibición en la fiesta no es sobre todo tipo de fermentación, sino sólo sobre el Jametz de los cinco granos anteriormente señalados (trigo, cebada, centeno, avena y espelta).
 V.23.
Pablo deja bien claro que él recibió directamente de Jesús esta enseñanza, cualquier aporte o sustitución en la ordenanza debe tener el mismo origen.
VV.23-25.
La enseñanza de Pablo se remite directamente al Afikomen y al Barej, aunque el verso 21 nos muestra que el contexto es una celebración más amplia (Pésaj o Ágape), pues ¿cómo puede haber glotonería y borrachera si sólo fuera un simple Afikomen y Barej? Es bueno puntualizar nuevamente que la llamada Cena del Señor hoy, no es el Afikomen y el Barej sino que tiene su referencia y origen en este punto. Lo que conocemos hoy como “La Cena del Señor” o "Santa Cena" y que se pratica tradicionalmente en las mayorías de las iglesia es una fusión a través de la propagación del evangelio en el primer siglo entre el Afikomen-Barej y la primera comida del Sabbat (Kidush-Hamotzi). Más adelante se tocará este tema con más elementos.
V.26.
Todas las veces, no se refiere a una libertad en cuanto a la frecuencia de la celebración, sino a la aptitud del participante (sin pecado o Jametz) ante el Seder. Sería bueno tener en cuenta como parte del contexto que Pésaj, en la Ley dada por Dios a Moisés, es una celebración anual.
Si mi hijo cumple año en una fecha específica del año, y yo le escribo diciendo:todas las veces que celebres tu cumpleaños”. De seguro nadie pensaría que me refiero a una fiesta que él celebra todas las semanas o meses. Lo que venimos diciendo hasta ahora, es que el texto señala que todas las veces que se coma el ázimo y el vino desde el momento que conocieron a Cristo hasta que el venga, una vez al año, la muerte de Cristo se anuncia.
En el siglo II apareció la primera controversia sobre la cena, cuando las Iglesias del Asia Menor y el resto del mundo discutieron si debían celebrar la Santa Cena en la Pascua el 14 de Nisán (según el calendario judío) sin importar el día de la semana en que cayera dentro del calendario romano, o determinar un nuevo día específico (último domingo de Pascua según el calendario romano) sin tener en cuenta la fecha descrita en el Pentateuco cuando dice:
Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.” (Éxodo 12:6).
En el siglo IV esta controversia (conocida como Controversia Cuartodecimana) tuvo su primera definición cuando en el Concilio de Nicea (dirigido por la Iglesia Católica de Roma y el Emperador romano Constantino en 325 d.C.) “sorpresivamente” votó para que se hiciera como se había hecho supuestamente hasta ese entonces en Roma, señalando claramente en sus acuerdos conciliares que se debía “evitar” toda semejanza con el Pésaj Judío. Cuando digo supuestamente lo hago pensando en el hecho que nunca se presentaron evidencias escriturales de esto, sólo la evidencia de la práctica que se realizaba entonces. Sin entrar en un debate sobre este hecho y la manipulación clara del poder imperial y la iglesia local, lo que nos atrae es que la Iglesia lo hacía hasta ese entonces una vez al año, pues el debate era alrededor de ese día específico en los calendarios: romano o hebreo. Entonces no se puede decir que Pablo da libertad de celebrar la Pascua todas las veces que se quiera si por lo menos hasta el siglo IV la iglesia nunca lo hizo así.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/39/Agape_feast_03.jpg
Catacumbas de santos Marcelino y Pedro Siglo III.
En su esquina izquierda aparece la palabra Ágape
como nombre de lo que estaban practicando.

Para entender mejor lo que estuvo sucediendo antes de este concilio debemos mirar desde afuera el marco histórico e ir a los inicios. Veremos entonces como hubo una traspolación del significado del ázimo y el vino que Jesús enseñó en Pésaj y que la iglesia celebró en los primeros siglos del cristianismo, hacia la comida del Sabbat, llamada a finales del siglo II y principios del III por los cristianos en idioma griego Ágape
Esta transpolación es citada por Calvino en su Institución de la Religión Cristiana: "Según lo que nos enseña la historia, parece que antes de los tiempos de Alejandro, obispo de Roma (107-116 d.C.), se utilizaba para la cena pan leudado (Jalá), parecido al que comemos normalmente. Este Alejandro estaba muy orgulloso de ser el primero en usar pan sin levadura (Matzá)... Se dice de Ceferino, obispo de Roma (199-217 d.C.), fue el autor de esta practica (el Ágape trasladado a Pascua como día de comunión) que, según me parece, en su tiempo era diferente de como es hoy (debido a la persecución)... La institución de Ceferino, que era buena, la estropearon sus sucesores cuando se adoptó una ley que preveía una comunión al año... ". (Institución de la Religión Cristiana, Juan Calvino, editorial Libros Desafíos, pág. 1221-1225).
También el historiador moderno Bernard Coster dice refiriéndose a los cambios en el primer siglo: "La Santa Cena se covirtió en Eucaristía, porque el significado simbólico de la Santa Cena y la celebración de la comunión por medio de ella-con Cristo y con los hermanos- fueron sustituidos progresivamente por una comprensión nueva. Ya no era figura y sello de la salación por la muerte de Cristo, sino una celebración salvífica. A la vez, la iglesia adoptó la costumbre de dar a las personas que administraban el sacramento-los clerigos- una honra y distinción especial. Había nacido el clero sacramentalista.". (Unidad y diversidad en la historia de la iglesia, Bernard Coster, Editorial Andamio, pág. 27). 
Lo que los padres de la iglesia, los reformadores y Calvino no tuvieron en cuenta en sus argumentaciones, es que si la iglesia nació en el ceno de la nación de Israel, debemos comenzar por entender cómo hacían ellos su comunión. Para entonces, no tan solo, entender los cambios ocurridos, sino también descubrir cual abría sido la práctica de la primera iglesia.
El Sabbat era el día regular de adoración para Israel, y este contaba de dos partes. Una en la noche del viernes con la cena familiar y otra al siguiente día con oraciones, lecturas, compartir del vino y el pan (Kidush-Hamotzi), y concluye con una cena comunitaria. Este partimiento del vino y pan del Sabbat es lo que hizo que se pareciera tanto al vino y pan de Pésaj. Tal fusión, descrita por calvino, llegó a nuestros días de la siguiente manera: el vino fue el mismo, el pan de Sabbat (Jalá) se sustituyó por la Matzá y la regularidad fue la del Sabbat y no la de Pésaj.     
Como el día de reunión regular de la iglesia en sus inicios era Sabbat, no solo se adoraba a Dios, sino también se tenían alimentos de comunión al que se le llamó Ágape (cena del amor a pesar de lo que somos o hacemos), porque no era para familias individuales sino que se extendía a otros adoradores de Jesús. Es bueno señalar, que en el Talmud se señala la variación arbitraria de algunos preceptos rabínicos que no violaran la ley para precisamente confundir a los cristianos y que estos no encontraran vínculos con el judaísmo, es por esto que en el Sabbat moderno el vino se toma antes del pan o Jalá (El Talmud, Iser Guinzburg, pág. 104, Berbera Editores S.A).
Mucho se ha especulado sobre la reunión de “domingo” de la iglesia primitiva, pero resumiendo este punto visto en el capítulo anterior podemos agregar que algunos han asumido que Gregorio en su Vulgata al traducir del griego “kuriakh/| h`me,ra” (día del Señor) como Dominica Die” quiso decir “día domingo” y no “día del Señor”, conciliando con esto que la resurrección de Jesús fue en día domingo como primero de la semana. Este estudio no tiene esa conclusión como presuposición, sino que aquella primera iglesia se reunía en Sabbat como día más común, aunque el texto del Nuevo Testamento nos deja ver que también se reunían alguno que otro día. El día de la semana específico para reunión de la iglesia no es un mandato divino, pero esto no significa que el Sabbat no fuera el favorito y más común para la iglesia en sus inicios. También concluimos que la exégesis nos indica la resurrección de Jesús, no fue en domingo, sino en Sabbat. Note en el texto siguiente la señalización solía, mas claro ni el agua (más adelante se amplía la argumentación sobre este tema).
Y un día de reposo* salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido”. (Hechos 16:13-14).
No sabemos mucho más de los detalles del proceso en sí, pero la transpolación del Afikomen de la Pascua en su celebración anual es una realidad. El pan de la Pascua se trasladó a su reiteración de varias veces en el mes como le correspondía al Ágape, pero ahora con el nombre griego de Eucaristía. Es bueno señalar que en el Nuevo Testamento nunca aparece la palabra Eucaristía en asociación con la Pascua e inclusive la palabra utilizada por Pablo refiriéndose al tema es δεπνον κυριακός o sea cena o banquete nocturno del Señor”. Cuando vemos en el Nuevo Testamento una Pascua anual y luego vemos que el pan y el vino se comen en los Ágapes y después sólo se le llama Eucaristía, podemos ver una transformación progresiva en su forma, aunque no sepamos el motivo, ni el proceso en detalles. Con el tiempo la Eucaristía fue quedando sola como un sacramento hasta nuestros días. Aunque sé que esta afirmación pudiera traer contrariedad en su mente le pido que camine conmigo una milla más.
Sólo existe un texto en toda la literatura del primer siglo que pudiera sugerirnos una regularidad fuera del marco de Pésaj. Este es el Didaché o Enseñanza de los Apóstoles (anterior al 70 d.C.), en su capítulo 10 verso 5 dice: Sólo a los profetas permitir esta acción de gracia tanto como deseen”. El texto deja claro que sólo al profeta se le permitía la reiteración, pero la reiteración de qué, ¿de la cena siempre que quisiera o del orar dentro de la cena siempre que lo deseara?
El texto en cuestión no se refiere al Seder de la cena en sí sino a cómo y cuáles deben ser las oraciones dentro de la cena. Esto es entendible si analizamos que ya el cumplimiento de Pésaj fue en Cristo; por tanto hay cosas, sobre todo las oraciones, que deben cambiar. Paralelo a esto, es bueno aclarar que el texto en ningún momento hace referencia a una celebración fuera de Pésaj, simplemente dice cómo se debe orar cuando se celebra. Al comenzar el capítulo nueve el Didajé dice: En cuanto a la acción de gracias dad gracias de la siguiente manera(traducción literal), una presuposición en muchos traductores les ha llevado a transcribir: En cuanto a la acción de gracia eucaristía, dad gracias en todo(Alfonso Ropero, Lo mejor de los padres apostólicos, pág. 103, CLIE). Sin entrar en un debate que critique ofensivamente el análisis sintáctico, pues considero a estos traductores eruditos de esta ciencia, sólo diré que la palabra  Eucaristía tendría que aparecer en tres ocasiones para validar la segunda traducción y sin embargo aparece sólo dos, en griego sería:Peri. de. th/j euvcaristi,aj ou[twj euvcaristh,sate”. Essta traducción aunque muy buena, crea en la mente prejuiciada del lector una mirada no a Pésaj sino a algo llamado Eucaristía y que conocemos hoy como “Santa Cena”. Pero el contexto en realidad habla de partimiento (kla,smatoj Gr.), que no necesariamente tiene que ser de pan pues también menciona el estar satisfecho (evmplhsqh/nai Gr.) después de haber comido y con pan solo en una dosis pequeña imposible quedar de esa manera.
En la actualidad muchos estudiosos buscan argumentos bíblicos para justificar la regularidad semanal o mensual de la misma en la Iglesia primitiva, pero confunden la antigua celebración cristiana de Ágape con la Pascua.

Cada Sabbat comienza con la puesta del sol y esto implica una comida en familia, al día siguiente es el servicio matutino en la sinagoga donde se concluye con la bendición del vino, el partimiento del pan y una comida comunitaria. Cuando la iglesia comenzó a reunirse el momento más acorde era el de la noche, pues al siguiente en la sinagoga costaría mucho trabajo hablar del Mesías en medio de Judíos. Así que la primera comida sabática se convirtió para ellos en su Ágape. Esta es la razón por la que era una comida regular donde todos cooperaban y demostraban su amor fraternal. Leyendo a Clemente de Alejandría se puede entender mejor (195 d.C.):
Un Ágape realmente es un alimento celestial, un banquete espiritual… es una demostración de la generosa y comunitaria benevolencia… Ya que es el amor el que nos congrega para comer, el objetivo de los banquetes es el intercambio amistoso entre los concurrentes, y la comida y la bebida son meros acompañantes del amor, ¿Cómo no nos vamos a comportar racionalmente?”.
También Tertuliano (197 d.C.) dijo:
Pero su mismo nombre muestra lo que son nuestras cenas, pues se llaman Ágapes, que significa en griego “amor a pesar de”. Todo lo que en ellas se gasta, es en nombre y en beneficio de la caridad, ya que con tales refrigerios ayudamos a los indigentes de toda suerte... Consideren el orden que en ellas se sigue, para que vean su carácter piadoso: no se admite en ellas nada vil o contrario a la templanza. Nadie se sienta a la mesa sin haber antes gustado una oración a Dios. Se come lo que conviene para saciar el hambre; se bebe lo que conviene a hombres modestos. Se sacian teniendo presente que incluso durante la noche han de adorar a Dios, y hablan teniendo presente que su Señor les oye”.
Un texto en Hechos 20:4-14 puede utilizarse como prueba de tomar la “Santa Cena” fuera de la Pésaj. Aunque tenemos algunas dudas sobre la conclusión gramatical sugerida por la mayoría de los traductores, donde la preposición “meta(Meta Gr.) es traducida como acusativo (pasado o después) y no como genitivo (en), no entraremos en debate sintáctico, por ahora, con aquellas autoridades en el arte de la traducción bíblica.
Pero el texto en cuestión, si es sacado de su contexto, pudiera decirnos algo sobre la mención de un primer día de la semana” y un partimiento de pan al estilo de Pésaj que ocurrió fuera del primer Sabbat regular de todos los Sabbat del año que solo se localiza en la fiesta de pascua. Dándole una mirada al texto y su contexto vemos algo muy interesante ocurrido en aquel viaje de Pablo:
Inicialmente hay dos grupos que salen de Asia. En uno se encuentra Pablo y en el otro se encuentra Lucas:Estos, habiéndose adelantado, nos esperaron en Troas”. Así que los que salieron después de Matzó fueron integrantes del segundo grupo, mientras el primero por haberseadelantadoya estaba en Troas para la fiesta. Lucas con su grupo llega cinco días después de Matzó que no quiere decir necesariamente al final de los ocho días sino de los dos primeros, en estos días intermedios llamados Jol Hamoed la ordenanza es de comer Matzá cada día y contar el Omer, nada más. Así que llegan cinco días después de haber comenzado Matzó y se reúnen con ellos el primer Sabbat de todos los Sabbaton para tener ese día el Kidush-Hamotzi o Bendiciones del vino y el pan de Sabbat. Este día, como dijimos anteriormente, no es guardado a la manera normal por ser intermedio entre dos Sabbat impuestos por la fiesta (primero y último). Más adelante, en el propio texto en cuestión, dice que el segundo grupo salió siete días después de haber llegado a Troas en barco para Asón, sin embargo Pablo quiso irse a píe (Vr. 13). Claro, porque sabía que lo agarraría el Sabbat impuesto por Matzó donde es imposible navegar en barco. Uno de los libros de la época, “Libro del Jubileo” decía que violar tal prohibición merecía la muerte (11,7:L, 6-13: Jacob, 1972: col 502; Laquot, 1987: págs. 645-647 y 808-810). Esta es la razón por la que 53 km se convirtieron en varios días de viaje y casi que llegan juntos los dos grupos a Asón. Analizar este texto sin tener esto en mente haría sencillo, para cualquiera que ha sido prejuiciado con el concepto romanista de la Eucaristía y el Dominus Deus, la interpretación del primer día de la semana como domingo y una "Santa cena" ágape-pascual.
Para entender este proceso de cambio en la terminología respecto al día, podemos dar una mirada a lo que nos ha llegado del cristianismo primitivo. Justino Mártir en su Apología I capítulo 57 de los versos 65 al 66 (en el 160 d.C. aproximadamente) nos ayuda a entender un poco como este Afikomen de la Pascua está en su transición a la moderna Eucaristía, donde se presenta como parte de un proceso para iniciar al converso en la iglesia local, también señalando dos elementos nuevos: el pan leudado y el agua. Es bueno señalar, por las disputas posteriores sobre el tema, que Justino está exponiendo la práctica Eucarística de Roma. Pues Polícrates de Éfeso (180 d.C.) reunido con los obispos de Asia aprobaron una carta que habría de ser enviada al Obispo Víctor de Roma quien quería excomulgarlos. La carta que representa la práctica de Asia declaraba:
Nosotros observamos el día genuino, ni le agregamos a eso o tomamos de allí. Porque en Asia grandes luces han dormido [grandes hombres de Dios] los cuales se levantarán de nuevo durante el día de la manifestación del Señor, en el cual él vendrá con gloria del cielo, y levantará a todos los santos: Felipe, uno de los doce apóstoles, que duerme en Hierápolis y sus dos ancianas hijas vírgenes; su otra hija, también, que habiendo vivido bajo la influencia del Espíritu Santo, ahora igualmente descansa en Éfeso; es más, Juan, que descansó en el pecho de nuestro Señor, que también fue un sacerdote, y lució en la frente la placa de oro sacerdotal, ambos mártir y maestro; él está enterrado en Éfeso. También Policarpo de Esmirna, ambos Obispo y mártir y Traseas, ambos Obispo y mártir, de Eumenia, que duerme en Esmirna. Porque mencionar a Sagaris, Obispo y mártir, que duerme en Laodicea; además, el bienaventurado Papirius, y Melito, que vivió en total bajo la influencia del Espíritu Santo, que ahora descansan en Sardis, esperando el episcopado del cielo, en el cual él se levantará de los muertos. Todos éstos observaron el decimocuarto día de la Pascua según el evangelio, desviándose en ningún aspecto, sino siguiendo la regla de la fe. Además Yo Polícrates, que soy el menor de ustedes, según la tradición de mis parientes, algunos de quienes yo he seguido. Porque siete de mis parientes fueron Obispos, y yo soy el octavo: mis parientes siempre observaron el día cuando el pueblo de los judíos tira la levadura. Yo por lo tanto, hermanos, ahora tengo sesenta y cinco años en el Señor, que habiendo conferido con los hermanos por todo el mundo [Asia] y habiendo estudiado el todo de las Sagradas Escrituras, no estoy en nada alarmado en aquellas cosas con las cuales soy amenazado, para intimidarme. Porque ellos que son más grande que yo han dicho, “Nosotros debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. (Eusebio, Historia de la Iglesia, Paul L. Mayer, pág. 199, PORTAVOZ).
Sin embargo, a raíz de la actitud drástica del obispo Víctor, Ireneo de Lyon que representaba a los de la Galia recordándole a Víctor la historia de la transpolación dice:
Esta variación en la observancia no comenzó en nuestra propia época, sino mucho antes en tiempo de nuestros predecesores, que parecen haber sacrificado la exactitud a favor de la simplicidad… Los presbíteros antes de Sotero que precedieron la iglesia sobre la que ahora presides tú: me refiero a Aniceto, Pío, Telesforo y Sixto… Aniceto no pudo persuadir a Policarpo que no lo observara, por cuanto este, siempre lo había hecho así con Juan, el discípulo de nuestro Señor y con los otros apóstoles a los que conocía. Tampoco pudo Policarpo persuadir a Aniceto que lo observará pues le decía que él estaba obligado a la práctica de los obispos que le habían precedido”. (Eusebio, Historia de la Iglesia, Paul L. Mayer, pág. 200-201, PORTAVOZ).
Los obispos de palestina Narciso y Teófilo, Casio de Tiro y Claro de Ptolemaica, junto con todos los cristianos de las regiones, firmaron una carta también apoyando la práctica de Polícrates:
Os hacemos notar a vosotros que en Alejandría también celebran en el mismo día que nosotros, porque mantenemos correspondencia para asegurar que observamos el día santo al mismo tiempo”. (Eusebio, Historia de la Iglesia, Paul L. Mayer, pág. 201-202, PORTAVOZ).

Para los que recorremos los senderos de la historia, es muy fácil entender que esta no se puede escribir en blanco y negro. Son muchos los factores que influyen como causa de lo evento. Por eso, quisiera exponer brevemente lo que pudiera haber influenciado y cómo afectó el futuro de la iglesia con respecto a la metamorfosis del Kidush-Hamotzi o Ágape hacia la cena donde el pan y el vino quedaron como sus únicos elementos. La iglesia, en aquel entonces vivía bajo la persecución y los crímenes sobre sus miembros que eran casi que cotidianos. La mayoría de las reuniones, principalmente en Roma, muchas veces se celebraron junto a los cadáveres masacrados de familiares y amigos. Sería muy difícil para ellos celebrar una comida de Ágape, con todos sus elementos donde la alegría y el gozo son primordiales. Así que las celebraciones comenzaron a tener un toque de tristeza justificable, que les llevó a ir abandonando los festejos del Ágape, quedando sólo el pan y el vino como elementos inmovibles de las reuniones. Cientos de años después de haberlo hecho en esta forma, cuando viene la paz y la libertad de culto, lo que queda del Ágape es una forma de cena que ha sustituido todo lo antiguo. Para aquellos que trataban de fundamentar todas sus acciones en la Biblia, ahora les quedaba una tarea gigantesca, anclar la nueva Cena de solo “pan y vino” como la más auténtica de las prácticas bíblicas. Para esto usaron la pascua y el pan regular del Kidush-Hamotzi o Ágape es sustituido por la Matzá de Pésaj o Pascua. Llegando a imponerse como “La Santa Cena” que tanto dolor de cabezas ha dado precisamente por este proceso de metamorfosis.
Siglos después de estas cartas se celebra un concilio "a la romana" (en Nicea), auspiciado por el emperador y el obispo de la localidad, donde más del 75% de los obispos invitados del resto del mundo no asisten, y se toma la decisión imperial de que la pascua será al estilo de la iglesia de Roma. Podemos darnos cuenta muy fácilmente que la práctica hoy más generalizada de la “Cena del Señor” está íntimamente relacionada con la práctica romana y no con el texto bíblico.
Continuando con el texto de Pablo de 1 corintios 11, este prosigue:
"... que comieres este pan y bebieres esta copa". El verbo estar en acusativo señala que se refiere a los mismos elementos usados por Jesús en su ultimo Pésaj, y estos no fueron en ningún momentos los mismos que usan en otro momento como Sabbat. Por tanto, la frase "todas las veces" se refiere directamente a todos los Pésaj que celebren los corintios a partir de este momento en que Pablo les escribe y no a una libertad para hacerlo cada vez que quieran. Mirar el texto como una libertad para hacer una "Santa Cena" con el simbolismo de Pascua y las características del Ágape es algo que el texto no autoriza y por ende se está violando lo más elemental de la exégesis bíblica, pues se le está añadiendo al texto lo que nunca ha dicho el autor.
La muerte del Señor anunciáis”. Hoy en día la predicación del evangelio ha sufrido una variación gigantesca, trayendo como resultado una generación de cristianos que muchas veces no ha llegado a la experiencia de salvación con Dios. Este hecho está marcado por el paradigma siguiente de algunas soteriologías (doctrinas de salvación): Con sólo tener fe y confesar esa fe, eres salvoadjudicándole esta conclusión al principio teológico de “Sola Fide” proclamado en la Reforma del Siglo XVI. Pero debemos recordar quela fe sin obras es muerta” (Santiago 2:17). O sea que no se puede expresar una fe genuina en Dios si no hay frutos de arrepentimiento manifestados en esa fe. “El <arrepentimiento> es un odio al pecado; consiste en apartarse del pecado determinadamente, y con la fuerza de Dios, abandonarlo. (Arrepentimiento Para Vida, Sermón 44, Charles H. Spurgeon). A través de la Santa Cena, se pone al pecador ante una necesidad indiscutible de arrepentimiento. Hoy no toma la Cena, pero mañana se quedará sin participar de la cena celestial con Cristo. Es mejor tomar decisiones para arrepentimiento en la de Cena hoy, porque hay oportunidad, que en la fiesta celestial ante el Cordero donde no habrá tal oportunidad. El pecador en esta Santa Cena queda frente a la realidad de su exclusión del plan de Dios si no toma decisiones serias para con Cristo que lleven a su arrepentimiento.
V. 27.
Cuando Pablo utiliza la frase “de manera” es porque ya ha hecho referencia anteriormente en la carta a la base de esta resolución: cualquiera que comiereindignamente”. La referencia se encuentra en el texto donde hace mención explícitamente al Matzá, el capítulo cinco el verso:
Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.
Pablo advierte a la iglesia de no comulgar, y usa específicamente las palabras ni comáiscon tales falsos cristianos. Decir que el texto de 1 Corintios 11:17-22 no habla de qué tipo de faltas inhabilitan a alguien para la cena, es una vez más, sacarlo de su contexto de toda la carta. Algunas de las faltas que aparecen en este capítulo once mencionadas son:dividir el cuerpo de Cristo, propagar contiendas, desunión, desamor o menosprecio hacia los hermanos pobres y embriaguez durante la cena”.
¿Qué es:ser culpado del cuerpo y la sangre del Señor”? En el capítulo 10 versos 16 al 23 Pablo da la explicación. Cuando se comparte el pan y el vino con un aparente “hermano” con las características anteriores y sus variantes, se está contaminando (fermentando) a la Iglesia con ese pecado, como al Matzá con el Jametz, él dice que eso es ser partícipe con los demonios” (10:20). Esta contaminación espiritual sería culpa directa del pecador y/o de quien conozca tal causa y la esconda por complacer la carne y no el espíritu, haciéndose partícipe del pecado del otro.
No podemos pensar en ningún momento que actuar como Pablo exige puede traer problemas a la Iglesia, pues si leemos 2 Corintios 7:9-12, nos damos cuenta que tal requerimiento hecho por él tuvo un posterior resultado muy precioso en la iglesia:
Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.”
Así que entonces, tal limpieza viene de la actitud que asumieron ante el asunto, amando más el ser obedientes a Dios que el empastar con una sociedad corrupta. Ellos tuvieron dos alternativas, justificar el pecado ajeno, para así tener una congregación y un servicio llenos de personas o poner al pecador en transparencia con su pecado para que tuviera arrepentimiento. Algunos hoy dirían, ¿y quién tira la primera piedra?, pues todos cometemos errores. No es lo mismo cometer errores que pecado. Cuando un cristiano comete errores, está dispuesto a no cometerlo más y establece una lucha con el pecado desde las intenciones del corazón. El pecado por su parte, es justificado ardientemente por el pecador o simplemente se siente derrotado alegando su incapacidad para salir de él. La pregunta anterior de algunos, lejos de servir de base para justificar el pecado, se convierte en una vergüenza para el cristiano que la profesa, pues está invalidando la obra regeneradora de Cristo y la acción santificadora del Espíritu Santo si dice que la incompetencia espiritual es parte de la vida natural del creyente.
V.28.
Si miramos este verso desde una perspectiva occidental, donde nuestros valores de la libertad se confunden en muchas ocasiones con un libertinaje individualista, lo interpretaríamos como que “nadie debe meterse en la vida de otro”. Pero Pablo está hablando para aquellos que a través de la experiencia genuina de arrepentimiento ante Dios pueden llegar a desechar cualquier falta de su vida, en cualquier momento, por sí mismos con la nueva capacidad dada por el Espíritu Santo. Sabemos que nadie puede decir que no peca, pero la diferencia entre el pecador y el cristiano es que este último no practica o se deleita en el pecado:
El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede (seguir en la práctica de) pecar, porque es nacido de Dios.” (1 Juan 3:8-9).
Es absurdo esperar frutos espirituales por sí mismos en aquellos que tienen la conciencia cauterizada por el pecado, debe haber primero arrepentimiento para salvación para poder esperar de ellos como consecuencia de lo primero, el renunciar a cualquier falta, por eso dice: Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe(2 Corintios 13:5). Algunos ven aquí la puerta abierta para que cada cual se sienta libre en sí mismo de sus actos y a la vez con el derecho individualista de pensar que sus actos le atañen solo a él, pero debemos recordar que el pecado de uno hace partícipe a todos. Pablo no está dando tal liberalidad, sino que está diciendo que lo mejor debiera ser, cuando cada uno puede venir a la cena yexaminarse a sí mismo” sin que nadie tenga que llamarle la atención sobre un asunto específico en su vida, eso ahorra muchos problemas a la iglesia. Este es el mismo motivo por el que Pablo al explicar acerca del no tener excusa el hombre ante Dios, escribió: Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.(Romanos 1:28-32). Estas personas entienden el evangelio pero no lo practican.
Es bueno aclarar, que aunque este texto de Romanos en su capítulo dos habla de juzgar, muchos lo toman como banderín de una doctrina de no señalarle a nadie sus faltas: Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo;a porque tú que juzgas haces lo mismo. Este texto no se refiere a lo que venimos diciendo en la Cena del Señor pues sino la contradicción sería en primer lugar de Pablo. El Juzgar aquí se refiere a cuando “desechamos” a una persona totalmente por no practicar lo que nosotros creemos que se debe practicar. Pero cuando Pablo habla de excluir de la cena, es con el objetivo de hacer reflexionar a la persona para su bien. Al respecto en otro pasaje, Pablo dice: el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Corintios 5:5) “de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar (1 Timoteo 1:20), dejando bien claro que lo que define una acción de otra es la intensión con que se hace, si desechas a otro es pecado y también serás juzgado por esto, si reprendes para corrección estás siendo consecuente con el amor de Dios hacia esa persona.
V. 29.
sin discernir el cuerpo del Señor”, se refiere a aquellos que no entienden que la Iglesia es el cuerpo de Cristo (Matzá) 10:16-17 y que cualquier contaminación en la Iglesia haría fermentar al cuerpo de Cristo en su totalidad. ¿Puede hacerse esto impunemente? En ninguna manera, por eso dice: “juicio come y bebe para sí”.
Este, sin discernir el cuerpo del Señor”, también hace referencia a aquellos tipos de extremos eclesiásticos. Uno haciendo de la iglesia una especie de dictadura donde cualquier movimiento le puede sacar completamente del proyecto o el otro donde los patrones inter fraternales son los mismos de un club social, donde cada cual es libre de hacer lo que entienda y nadie puede señalarle nada. La iglesia es una nación santa, porque Dios ha limpiado con su sangre a sus miembros, cualquiera que atente contra esto ya sea ensuciándola con su pecado o permisibilidad del mismo o poniendo más carga de la que se puede llevar, no ha discernido que la iglesia es el cuerpo de Cristo, no el suyo para hacer lo que usted quiera liberalmente y no el de otro para que pueda pisotearlo cuando quiera.
V. 30.
El juicio de Dios para este tipo de persona que no discierne es claro, enfermedades y muerte.
V. 31.
La conjunción condicional con que comienza este verso si”, nos va a mostrar qué sería lo mejor para hacer y en ninguna manera permite al texto convertirse en un mandato libertino. Pablo no está afirmando un individualismo para el examen, sino una meta de idoneidad para alcanzar. Si cada uno se examinase a sí mismo, no habría que estar tomando acciones con aquellos que quieren dañar el cuerpo de Cristo.
V. 32.
Entonces ¿qué hacer con aquella persona que se deleita en el pecado y no viene al arrepentimiento? él dice con plena determinación en el contexto de la carta:Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros” (5:13), para que seacondenado con el mundo”. Si el tal, hubiera por sí mismo buscado arrepentimiento, no habría necesidad de su separación.
V. 33.
hermanos míos”, muestra el tipo de relación de Pablo con la Iglesia. Es bueno entender que la Iglesia viene directamente de la Ley dada a Israel y no del “pseudo-cristianismo romanizado” construido posteriormente. En esta Ley, que para nada tiene que ver con muchas de las tradiciones construidas arbitrariamente por los judíos (Takanot) en tiempos de Jesús, la purificación o el bautismo en agua (Teviláh-Mikvá) era necesario para participar de Pésaj:
“Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse” (Juan 11:55).
La Iglesia predicaba que con el bautismo de arrepentimiento en agua y en el Espíritu, no se necesitaba de una purificación a cada rato: “Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis,…” (Juan 13:10).
Por esto debemos entender, que aquellos cristianos de Corinto para ser considerados por Pablo hermanosdebían haber sido bautizados en agua y en Espíritu. En Hechos 2:41 dice: Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados (en agua); y se añadieron aquel día como tres mil personas, describiendo claramente que a través del bautismo en agua, como acto testimonial de confirmación y obediencia, las personas eran añadidas a la Iglesia visible y militante. Esta práctica fue un sello distintivo para la Iglesia en los primeros tres siglos del cristianismo.
El Didaché (su contexto deja claro a qué tipo de bautizo se refiere) dice: Pero que ninguno coma o beba de esta acción de gracia, a menos que haya sido bautizado en el nombre del Señor, porque respecto a esto también ha dicho el Señor: No deis lo santo a los Perros”.
Justino Mártir (160 d.C.) dijo:a este alimento lo llamamos eucaristía (acción de gracias). A nadie le es permitido participar si no cree que nuestras enseñanzas son verdaderas, ha sido lavado en el baño de la remisión de los pecados y la regeneración (Bautismo), y vive conforme a lo que Cristo nos enseñó”. Una vez más el término “hermanos” hace referencia a cristianos bautizados.
Alguno que dirá: ¿entonces está diciendo que si alguien se convierte y no se bautiza no es salvo? En ningún momento se ha dicho eso, y si no lo cree revise arriba para ver si lo encuentra. Solo se está diciendo que en tiempos de la iglesia primitiva la única razón para no bautizarse podía ser una imposibilidad total. Por ejemplo, si alguien se convertía en una cruz sin acceso a bajarse y ser bautizado de seguro que tenía su entrada al paraíso de forma inmediata. Pero si alguien por dejadez, por rebeldía o por dudas sobre el tema, no quería bajar a las aguas bautismales, seguro que Pablo lo tendría por publicano o inconverso, y no como miembro de la nación santa de Dios.
V. 34.
Este verso es utilizado por el apóstol para dejar claro que todavía hay más cosas que deben ser ordenadas en esta Iglesia respecto al tema, dejándonos ver que para él no es nada trivial el asunto como algunos quieren hacer ver sobre el tema de la Cena del Señor. Alegando que lo importante es la salvación y amar a Dios. Pero, se ama a Dios sin obedecer lo que Él ha estipulado. Ningún tema de la biblia es irrelevante, todo está conectado indisolublemente.

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