Orden de la Pascua desde la perspectiva Sefardita.
La fiesta de Pascua o Pésaj recuerda cómo
Dios liberó a Israel a través del éxodo de Egipto. Este hecho comenzó con el
sacrificio de un cordero cuya sangre rociada en el umbral de la puerta anunciaría
el sello de Dios sobre esta familia y la muerte no vendría sobre su
primogénito. La fiesta aunque es celebrada en un día del año no significa que
se deba recordar sólo una vez, pues Deuteronomio 16:3 enseña que ha de
recordarse a diario. “No comerás con ella pan con levadura; siete días
comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de
tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que
saliste de la tierra de Egipto.”
Pésaj conduce directamente hacia la
reflexión sobre aquella liberación en un día específico del año. De esta forma
el judío se ha presentado durante siglos ante el ofrecimiento hecho
directamente por Dios de que hay esperanza para salir de la esclavitud,
cualquiera que sea esta.
La Pascua como toda fiesta en Israel tiene un orden (Seder) bien definido que debe ser seguido para su
correcta ejecución, aún más cuando une a ella otra fiesta: la de los “Panes sin
Levadura” (Matzá) que dura siete días. Un día
para Pésaj y siete para Matzá, ocho días en
total, con la peculiaridad de que el primero y el séptimo de Matzá son celebrados a nivel de Sabbat (reposo) sin importar el día de la
semana en que caiga.
Es bueno señalar que el actual Seder de Pésaj que sigue el pueblo judío tiene pequeñas variaciones en dependencia del grupo que la realiza (Asquenazí, Sefardí, Mizrajíes y otros), en particular este que se usa en el estudio presente es el modo Sefardí. Con esto no se plantea que sea el auténtico Seder de tiempos de Jesús, pues es sabido de las variaciones rabínicas de la historia. Pero es descabellado pensar que este o cualquiera de los otros es 100% alejado del Seder en tiempos de Jesús.
Sabemos que históricamente este Seder Sefardí como las otras variantes fue influenciado rabínicamente al compilarse el tratado Noed de la Mishná a finales del siglo II. Pero es ilógico pensar que no se usara antes sólo por el hecho de tener su primera descripción escrita en esta época, pues si no, no hubiera sido aceptado por el resto de los rabinos y judíos en aquel entonces (esto se amplia en la sección "Antilegalismo"). Por otra parte, con los escritos hallados en Qumrán y Masada, así como los libros de Flavio Josefo que datan los tres grupos del siglo I y algunos anteriores a este, se puede entender que había una lucha feroz entre varias corrientes del judaísmo y esta lucha en parte se basaba en el calendario a seguir y en los diferentes Seder de las fiestas. Las diferencias en estos Seder que traían las discusiones no eran de grandes detalles aunque para un pueblo supersticioso como este, en aquel entonces, fueron causas de grandes cismas. Es por esto, que la presentación de este Seder, dentro de este estudio, en ningún momento sugiere que es la forma en que debe hacerse la Pascua, sino que sólo será usado para anteponer, como dos fotografías, el orden seguido por Jesús y lo que nos ha llegado hasta hoy del Seder de Pésaj rabínico; encontrando algunos puntos de contactos que pudieran ayudarnos a entender el contexto, en alguna medida, del orden seguido por Jesús.
- Todo comienza con la puesta del sol porque este era el inicio del día hebreo del 14 de Nisán e iban con la ropa de gala, como hijos del Rey. Desde tiempos antaños debían reclinarse uno sobre otro a la hora del pan y el vino representando una sola nación como hermanos. Al sentarse se ponen cojines en sus espaldas para recordar que aunque estaban apurados por salir de la esclavitud tenían confianza en el control de Dios sobre las situaciones.
- El Bedikat Jametz: Es la búsqueda de cualquier grano que no sea trigo, cebada, centeno, avena y espelta por cada rincón de la casa para deshacerse de este. Si aparecía alguno de estos cinco granos no podían estar fermentados, pues se convertiría en Jametz. Aunque esto descartaba también a lo leudado, Jametz no se refiere sólo a esto, sino también a cualquier forma de fermentación de dichos granos. Inclusive si alguien es dueño de una panadería debe desechar o vender toda harina fermentada y después de la fiesta volverla a comprar, pues aún en sus posesiones fuera de la casa, no puede tenerla.
- Birkat Janer: Es el tiempo de encender las velas con una bendición especial sobre la fiesta.
- Kaddesh: Se bebe la primera de cuatro copas, llamada de la santificación y se recita otra bendición.
- Urjatz: Es el momento del lavado de manos, sin decir bendición alguna.
- Karpas: Se comen las primeras verduras (Apio, perejil o rábano) mojadas en agua salada o vinagre recordando las lágrimas por lo amargo de la esclavitud en tiempos de primavera.
- Yajatz: Es el partimiento del pan o Matzá (sin levadura y amasado dieciocho minutos antes de hornear para que no se convierta en alguna forma de Jametz) recordando así la pobreza en la esclavitud.
- Maggid: La persona que oficia la Pascua contaba la historia y sólo el menor de todos podía hacer preguntas. Al hablar de las 10 plagas, se derrama una gota de vino por cada plaga sobre la mesa. La narración termina bebiendo la segunda copa llamada de la liberación y se cantan los salmos 113 y 114.
- Rajazaj: Momento del lavado de las manos y se decía una bendición.
- Motzi Matzá: Tiempo de bendecir la Matzá.
- Maror: Se comen hierbas amargas mezcladas con las piezas de frutas, llamado este ultimo Jaroset, recordando lo amargo de la esclavitud y lo dulce de la libertad (todos los elementos tienen ambos significados). .
- Korej: Es el tiempo de comer las hierbas amargas el Jaroset y la Matzá tipo sandwish para recordar como se comía en tiempo del templo.
- Shuljan Orej: En tiempos del templo se servía el cordero, el cual debía ser comido completo y sin quebrar sus huesos.
- Tzafun: Se come Matzá (llamado en este momento Afikomen o pan de sobre mesa) que representa la premura en la salida o liberación. Es costumbre esconderlo para que los más jóvenes lo encuentren.
- Barej: Se toman la tercera copa, la de la redención o bendición y se hace una bendición sobre la comida.
- Hallel: Se cantan los salmos del 115 al 118 y se bebía la última copa llamada de la adoración.
- Mirtzá: Se termina con el Seder u orden de la ceremonia haciendo una conclusión o resumen.
- Se debe dejar todo listo para el próximo día pues será “Día de Reposo” impuesto por la siguiente fiesta por ser el primero de la fiesta de los “Matzó” o “Panes sin levadura”.
Canción Sefardí entonada tradicionalmente al final de Pésaj.
Habla de las vicisitudes para celebrar la fiesta pero es bendición su culminación.
“Más si algún
extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale
circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra
nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. La misma ley será para el
natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.” (Éxodo 12:
48-49).
Entendiendo
la ordenanza de Dios en el Nuevo Testamento sabemos que la
circuncisión en sí no es nada porque Dios mira el corazón, pero para un
judío y sobre todo de la antigüedad hacerlo era una expresión de fe muy
alta a través de la obediencia. Aplicando esta enseñanza al tiempo de Moisés, se puede entender que para aquellos que no eran miembros del
"Israel esclavizado", lo alto que serían sus expresiones de fe, al exigirles
de parte del Dios
desconocido, la circuncisión para participar de una simple fiesta. En la
actualidad, en
algunos círculos judíos los incircuncisos participan por el hecho de que
el
templo no existe y el cordero pascual no pasa el rito de consagración.
Esta observación rabínica para justificar la participación de
incircuncisos demuestra que en el pasado, por lo menos hasta la
destrucción del templo, debía ser algo bien estricta su aplicación.
También es bueno señalar que antiguamente si alguno no comía la Pascua por
irresponsabilidad propia, o sea no se preparaba, quedaba excluido de la nación
de Israel al instante y esto no podemos verlo hoy como un acto nacionalista, como algunos quieren hacer ver toda la cultura de vida Israelí, sino
como un mandato de Dios al decir: “Mas el que estuviere limpio, y no
estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal persona será
cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de
Jehová, el tal hombre llevará su pecado.” (Números 9:13).
No se puede terminar este capítulo sin aclarar nuevamente que no se está
señalando a este Seder como el
auténtico en tiempos de Jesús. Pero defendiendo un equilibrio exegético,
tampoco se puede caer en el rechazarlo al ciento por ciento fanáticamente y
desecharlo completamente, aludiendo la invención farisea como justificación. Porque aunque es
más que claro que los fariseos manipularon este Seder con adornos ajustados a su religiosidad
supersticiosa (se amplía en la sección de conclusiones) sería
descabellado pensar que de la noche a la mañana, alguien se podía aparecer en
Israel y la diáspora en el siglo II, en un
tiempo récord de unos 100 años, con un Seder de Pésaj totalmente nuevo y convencer al 90% de los judíos
de que esto era lo correcto, y que a partir de ese
momento todos los judíos en el mundo entero comenzarían a ejecutarlo.
Claro que hay innovaciones que nos hacen entender que este no era el Seder exacto ejecutado por Jesús, pero nunca se puede dar
por sentado que tal innovación fue en un ciento por ciento de su ejercicio. Tan atinadamente son descritas estas
innovaciones con referencia a todas las festividades en la “Carta a Diogneto”, que señala
refiriéndose a los judíos:
“Sus
escrúpulos con respecto a las carnes, y su superstición con
referencia al sábado y el orgullo de su circuncisión y el disimulo
de sus ayunos y lunas nuevas, yo no creo que sea necesario que tu aprendas a
través de mí que son ridículas e indignas de consideración alguna… Además el
mentir contra Dios, como si Él nos prohibirá hacer ningún bien en el día de
sábado, ¿no es esto blasfemo? Además el alabarse de la mutilación de la
carne como una muestra de elección, como si por esta razón fueran
particularmente amados por Dios, ¿no esto ridículo? Y en cuanto a observar las
estrellas y la luna, y guardar la observancia de meses y de días, y distinguir
la ordenación de Dios y los cambios de las estaciones según sus propios
impulsos, haciendo algunas festivas y otras periodos de luto y lamentación,
¿quién podría considerar esto como una exhibición de piedad y no mucho más de
necedad?... por tanto, manteniéndose al margen de la insensatez y error
común de los judíos, y su excesiva meticulosidad y orgullo, considero
que es algo en que ya estás bastante instruido;
pero en lo que respecta al misterio de su propia religión, no espero que puedas
ser instruido por ningún hombre”.
También Ireneo de Lyon en su libro “La enseñanza de
Cristo” nos muestra la mezcla entre la práctica
correcta y la incorrecta por parte de los judíos:
“Los ancianos mezclaban
con el austero precepto de Dios una tradición acuosa, esto es, seguían
una ley adulterada y contraria a la ley, como el mismo Señor lo manifestó
diciendo: ¿por qué quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra
tradición? Pero no solo quebrantaron la ley de Dios desobedeciendo, mezclando
el vino con agua, sino que establecieron incluso una ley contraria, que ha
venido a llamarse hasta ahora farisaica”.
Fíjese que las incongruencias encontradas
por ambos escritores acerca de la practica judía no radicaba en el Seder sino
más bien en los adornos tales como: escrúpulos, superstición, orgullo,
disimulo, alabarse, según sus propios impulsos, insensatez, excesiva
meticulosidad, mezclaban con el austero precepto de Dios una tradición acuosa,
seguían una ley adulterada y mezclando el vino con agua. La pregunta que nos quedaría
sería: ¿Al leer los evangelios se puede encontrar alguna similitud entre la pascua
que Jesús dirigió y este Seder moderno? Vayamos con una mente abierta y veamos
que sucede.
Tal vez, lo más difícil a la hora de anda
por este tema tenga que ver precisamente con dos axiomas latentes en la
historia: El cómo llegó el judaísmo hacer judaísmo y el cristianismo hacer
cristianismo. Pienso que cualquier persona que esté claro de esta realidad en
que ambos grupos se separan, y camine humildemente ante este proceso, podrá
desentrañar y entender mejor porque ha este escrito leemos
titulado “Pascuas Sin Barreras”.
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